La intimidad familiar, el secreto guardado de Fidel
La Habana, AFP
Ahora incluso desde su lecho de enfermo, tras una cirugía intestinal que el 31 de julio lo obligó a delegar el poder en su hermano Raúl, es poco lo que deja saber de su trastienda personal, sólo abierta a su mujer y sus hijos, y a un pequeño círculo de funcionarios y amigos.
A Fidel Castro se le atribuyen muchas mujeres; sobre todo rubias, pero también trigueñas; al menos ocho hijos y varios nietos. El "barbudo" impetuoso, que en 1959 puso fin a la dictadura de Fulgencio Batista es desde hace varios años un señor abuelo.
"Políticamente, como revolucionario, rechazo mezclar la familia con la política. De verdad, esa historia de primeras damas me parece muy ridícula", dijo en 2002 al cineasta estadounidense Oliver Stone, para un documental.
Fue cuando reveló que no está casado con Dalia Soto del Valle, una rubia de ojos verdes, de 65 años, con quien vive desde los años 80 en una casa en el oeste de La Habana.
'Lala', a la que conoció en 1961 cuando era maestra en la campaña de alfabetización, es la madre de cinco de sus hijos: Alejandro, Alex, Antonio, Alexis y Angel.
La fijación por las "A" le vendría a Fidel de su segundo nombre, Alejandro, con el que se identificó en sus tiempos de guerrillero en la Sierra Maestra; de como se llamaba su padre, Angel Castro; o de su admiración por "Alejandro Magno".
El matrimonio es un "formalismo" que dice haber evitado. "Me casé una vez, no hacía falta más", ha dicho Castro. Y fue el 12 de octubre de 1948 con Mirta Díaz-Balart, estudiante de filosofía, hija de una familia influyente y madre de su primogénito "Fidelito", hoy físico nuclear de 57 años.
"Ella sabía que se casaba con un revolucionario", dijo una vez de Mirta, a quien pidió el divorcio en 1954 cuando la supo en la nómina del Ministerio del Interior, mientras él estaba preso por el frustrado asalto al cuartel Moncada del 26 de julio de 1953.
De sus andanzas contra Batista conoció el 27 noviembre de 1952 a Natalia Revuelta, 'Natty', hermosa rubia de mirada felina, que estaba casada y de quien le nació una hija, Alina Fernández, en marzo de 1956.
Alina, reconocida por el esposo de 'Natty', se considera "la hija rebelde de Fidel Castro". Salió en 1993 de la isla con falsa identidad hacia a Miami y tilda a su padre de "tirano".
Por aquella época, a mediados de 1955, Castro se relacionó con María Laborde -ya fallecida-, activista de su movimiento revolucionario y quien le dio otro hijo, Jorge Angel, químico de profesión.
Juanita Castro, hermana de Fidel que salió al exilio en 1964, dice que en Miami hay otra hija, llamada Francisca, pero ella no ha hecho ninguna declaración.
El resto de los hijos vive en Cuba y siempre permanecieron fuera de la escena pública, hasta que hace unos tres años se empezó a correr el velo de la intimidad familiar.
Los medios publicaron un reportaje sobre el ortopedista Antonio Castro Soto del Valle, sin que se hiciera mención a su padre. En marzo pasado, 'Tony', de 37 años, acaparó las cámaras en Puerto Rico, como el médico de la selección de Cuba, en el Clásico Mundial de Béisbol.
Ultimamente se ve con más frecuencia en actividades públicas a 'Fidelito', quien lleva barba igual que Fidel, estudió en la antigua Unión Soviética bajo otro nombre y fue secretario ejecutivo de la Comisión de Energía Nuclear de 1980 hasta 1992, cuando es destituido por su padre.
Fidelito tiene dos hijos, Jorge Angel cuatro y Alina una hija. De los Castro Soto del Valle -médicos, programadores de informática, mecánicos- poco se sabe.
A la mayoría de los hijos de Fidel Castro, y a uno de sus nietos, se les vio juntos en febrero pasado en una cena del Festival del Habano, en un hecho poco usual y justo al frente de las cámaras fotográficas y de televisión.
El tiempo que ha dedicado a sus hijos, según reconoce, no ha sido mucho. Si se considera "lo buen padre que haya podido ser por el tiempo que he pasado con ellos, tal vez no sea un buen padre", dijo a Stone en aquella ocasión.
Confiesa, sin embargo, que cuando está con sus hijos trata de aprovechar el tiempo juntos. "Siento un gran afecto por ellos aunque no los vea todos los días".
Ahora incluso desde su lecho de enfermo, tras una cirugía intestinal que el 31 de julio lo obligó a delegar el poder en su hermano Raúl, es poco lo que deja saber de su trastienda personal, sólo abierta a su mujer y sus hijos, y a un pequeño círculo de funcionarios y amigos.
A Fidel Castro se le atribuyen muchas mujeres; sobre todo rubias, pero también trigueñas; al menos ocho hijos y varios nietos. El "barbudo" impetuoso, que en 1959 puso fin a la dictadura de Fulgencio Batista es desde hace varios años un señor abuelo.
"Políticamente, como revolucionario, rechazo mezclar la familia con la política. De verdad, esa historia de primeras damas me parece muy ridícula", dijo en 2002 al cineasta estadounidense Oliver Stone, para un documental.
Fue cuando reveló que no está casado con Dalia Soto del Valle, una rubia de ojos verdes, de 65 años, con quien vive desde los años 80 en una casa en el oeste de La Habana.
'Lala', a la que conoció en 1961 cuando era maestra en la campaña de alfabetización, es la madre de cinco de sus hijos: Alejandro, Alex, Antonio, Alexis y Angel.
La fijación por las "A" le vendría a Fidel de su segundo nombre, Alejandro, con el que se identificó en sus tiempos de guerrillero en la Sierra Maestra; de como se llamaba su padre, Angel Castro; o de su admiración por "Alejandro Magno".
El matrimonio es un "formalismo" que dice haber evitado. "Me casé una vez, no hacía falta más", ha dicho Castro. Y fue el 12 de octubre de 1948 con Mirta Díaz-Balart, estudiante de filosofía, hija de una familia influyente y madre de su primogénito "Fidelito", hoy físico nuclear de 57 años.
"Ella sabía que se casaba con un revolucionario", dijo una vez de Mirta, a quien pidió el divorcio en 1954 cuando la supo en la nómina del Ministerio del Interior, mientras él estaba preso por el frustrado asalto al cuartel Moncada del 26 de julio de 1953.
De sus andanzas contra Batista conoció el 27 noviembre de 1952 a Natalia Revuelta, 'Natty', hermosa rubia de mirada felina, que estaba casada y de quien le nació una hija, Alina Fernández, en marzo de 1956.
Alina, reconocida por el esposo de 'Natty', se considera "la hija rebelde de Fidel Castro". Salió en 1993 de la isla con falsa identidad hacia a Miami y tilda a su padre de "tirano".
Por aquella época, a mediados de 1955, Castro se relacionó con María Laborde -ya fallecida-, activista de su movimiento revolucionario y quien le dio otro hijo, Jorge Angel, químico de profesión.
Juanita Castro, hermana de Fidel que salió al exilio en 1964, dice que en Miami hay otra hija, llamada Francisca, pero ella no ha hecho ninguna declaración.
El resto de los hijos vive en Cuba y siempre permanecieron fuera de la escena pública, hasta que hace unos tres años se empezó a correr el velo de la intimidad familiar.
Los medios publicaron un reportaje sobre el ortopedista Antonio Castro Soto del Valle, sin que se hiciera mención a su padre. En marzo pasado, 'Tony', de 37 años, acaparó las cámaras en Puerto Rico, como el médico de la selección de Cuba, en el Clásico Mundial de Béisbol.
Ultimamente se ve con más frecuencia en actividades públicas a 'Fidelito', quien lleva barba igual que Fidel, estudió en la antigua Unión Soviética bajo otro nombre y fue secretario ejecutivo de la Comisión de Energía Nuclear de 1980 hasta 1992, cuando es destituido por su padre.
Fidelito tiene dos hijos, Jorge Angel cuatro y Alina una hija. De los Castro Soto del Valle -médicos, programadores de informática, mecánicos- poco se sabe.
A la mayoría de los hijos de Fidel Castro, y a uno de sus nietos, se les vio juntos en febrero pasado en una cena del Festival del Habano, en un hecho poco usual y justo al frente de las cámaras fotográficas y de televisión.
El tiempo que ha dedicado a sus hijos, según reconoce, no ha sido mucho. Si se considera "lo buen padre que haya podido ser por el tiempo que he pasado con ellos, tal vez no sea un buen padre", dijo a Stone en aquella ocasión.
Confiesa, sin embargo, que cuando está con sus hijos trata de aprovechar el tiempo juntos. "Siento un gran afecto por ellos aunque no los vea todos los días".
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